sábado, 11 de abril de 2015

El dragón en China

¿Sabéis lo que son los dragones? Sí, claro que lo sabéis. Son esas criaturas gigantes que vuelan, escupen fuego por la boca y, generalmente, protegen una torre en la que una princesa está encerrada. En la cultura occidental, los vemos como seres malignos, como a un enemigo que debe ser vencido.



En la cultura china no pasa eso: los dragones simbolizan riqueza, sabiduría, poder y nobleza. De hecho, el dragón era el símbolo del Emperador. Al igual que se diferencia de esto, tiene otros rasgos físicos muy diferentes a los del dragón occidental: tienen garras de águila, patas traseras de tigre, cuerpo de serpiente, escamas de pez y bigotes de carpa. Pueden volar, nadar, cambiar de longitud, controlar el clima etc.


Los dragones en china estaban tan valorados que se ofrecían sacrificios en su honor a cambio de buena suerte, buen tiempo y buenas cosechas. Tan adorados eran los dragones que se crearon templos y edificaciones en su honor, para así venerarlo. También podemos ver a los dragones siendo representados en desfiles (como en el Año Nuevo chino) o en festivales (como en las regatas de los botes dragón) y ritos religiosos. 


En mi opinión, que el dragón chino sea venerado no era por el simple hecho de que era bueno y bondadoso: pienso que era para no enojarlos. Como he explicado antes, se creía que el dragón podía controlar el clima, el tiempo y todo lo que tenía que ver con el día a día de los chinos. Ofrecían sacrificios como muestra de que se acuerdan de él y no lo olvidan, ya que prácticamente "controlaba" sus vidas. Pero, ¿realmente querría un dragón tan bueno y bondadoso que alguna chica fuese sacrificada en su honor? ¿Qué se conseguía con ese sacrificio, que el dragón estuviera contento y no "fastidiarles" la cosecha? El dragón era mucho más que un ser mitológico: lo consideraban un dios, un dios al que había que mantener contento. Esto no solo pasa en China, sino que pasa en todas las culturas. Todos tienen un dios al que adoran y creen en él y no quieren enojarlo para que este no se porte mal con ellos.

Ildefonso Muñoz

Bibliografía

2 comentarios:

  1. Más que aplacamiento de enojo, probablemente tengan que ver fenómenos de control de elementos que escapaban de su comprensión y control (como el comer empanadillas tal día del año para que no se congelen las orejas). Es interesante, de cualquier forma, ver cómo todas las culturas comparten un sesgo común.

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    1. ¡Muy buenas, profesora!

      En primer lugar, perdón por comentar tan tarde. He estado muy liado esta semana y no he podido entrar en el blog.

      En segundo lugar, es a eso a lo que me refiero. Aplacan el enojo de esa manera. No comprendían realmente los fenómenos de las naturaleza, por lo que tenían que hacer algo para «intentar» (por así decirlo) controlarlos. ¿Cómo podían controlarlos? Pues precisamente así: teniendo a los dioses y seres mitológicos contentos y para darles las gracias por ello, pues los controlan.

      Así, en la cultura oriental se realizaban sacrificios en honor a ellos. ¿No se tenía en cuenta que, al ser tan bondadosos, no hacía falta ese sacrificio? Como usted dice, todas las culturas compartían esto y es así (y así fue) y ellos vieron la lógica en ello.

      Un saludo,
      Ildefonso

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